miércoles, 30 de marzo de 2016

CAUSAS DE LOS DESORDENES ALIMENTICIOS.

Las causas de los desórdenes alimenticios no están del todo claras. De todos modos, se cree que en ellas participa una combinación de factores psicológicos, genéticos, sociales y familiares. En los niños con trastorno del apetito suele existir una gran diferencia entre cómo se ven a sí mismos y cómo son en realidad. Las personas que padecen anorexia o bulimia suelen tener un inmenso miedo a engordar o a tener sobrepeso y se ven más gordas de lo que están. Además, algunos deportes y actividades, como cheerleading deportivos, la gimnasia, el ballet, el patinaje sobre hielo y la lucha, que enfatizan determinadas categorías de peso, pueden incrementar el riesgo de algunos niños y adolescentes a desarrollar desórdenes alimenticios. También existe una incidencia cada vez mayor de otros tipos de problemas entre los niños y adolescentes afectados por un desórden alimenticio, como trastorno de ansiedad y el trastorno obsesivo compulsivo. A veces, los problemas que se viven en casa pueden aumentar el riesgo de que un niño desarrolle comportamientos alimentarios problemáticos. Algunos investigadores sugieren que las imágenes que aparecen en los medios de comunicación contribuyen a aumentar la incidencia de los desórdenes alimenticios. La mayoría de las mujeres famosas que aparecen en anuncios, películas, programas de televisión y actividades deportivas son muy delgadas, y esto puede conducir a que las niñas piensen que el ideal de belleza consiste en estar extremadamente delgada. Los niños también pueden tratar de imitar a un modelo ideal, reduciendo drásticamente lo que comen y haciendo ejercicio compulsivamente para desarrollar masa muscular. La preocupación por la alimentación está empezando alarmantemente a afectar a niñas de temprana edad. Las investigaciones muestran que el 42% de las niñas de primer a tercer curso de enseñanza primaria quieren estar delgadas y que el 81% de las niñas de 10 años temen estar gordas. De hecho, en la población infantil, la mayoría de los pacientes con desórdenes alimenticios empiezan a manifestar el trastorno entre los 11 y los 13 años. Muchos niños que desarrollan un trastorno del apetito tienen baja autoestima y el hecho de focalizar la atención en el peso puede ser un intento de tener sensación de control en un momento en que sienten que están perdiendo el control sobre sus vidas.

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